domingo, 30 de diciembre de 2012



Pirámides, templos y estrellas
Juan Antonio Belmonte Avilés / Crítica

Este libro ofrece los frutos de un riguroso y completo estudio sobre una de las civilizaciones más imponentes y avanzadas de la antigüedad, Egipto. Trata con especial atención la arqueoastronomía, una disciplina basada en el estudio de la disposición de estructuras creadas por el hombre respecto a los astros y la relación entre ambos, hilando cada teoría a partir de los siempre atractivos jeroglíficos, tablas y otras superficies en las que el pueblo del Nilo dejó grabados sus conocimientos. Partiendo de los orígenes de esta cultura, en sus páginas nos embarcamos en un viaje por el tiempo y la geografía, acercándonos a lo que esta conexión entre la obra humana y la estructura celeste realmente supusieron para los egipcios.
Belmonte, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias pone a nuestra disposición información sobre calendarios y fotografías de los lugares de los que habla, algunos de ellos visitados en persona por él mismo, entre otras muchas cosas. Estas consisten por ejemplo en el método con el cual se puede averiguar la verdadera fecha de construcción de un edificio o estructura, ayudados por las reglas que sostienen la astroarqueonomía, distintas generaciones y estirpes de la nobleza egipcia y su impacto en la época y la sociedad, o descodificaciones realizadas de antiguos textos hititas. Desde  un punto de vista científico se busca resolver todo tipo de dudas referentes a la disciplina que une los monumentos terrestres con los astros, recordemos el “como es arriba es abajo”, y describir aspectos de gran importancia como la creación del calendario, que supuso un gran cambio para todos.
Esta obra, cuyo estudio se sitúa a finales del período amárnico, habla también de la época de las Grandes Pirámides, cuando se construyó la primera y única maravilla del mundo visible en la actualidad. Presenta teorías propias y de otros autores, valorando sus pros y contras, contrastando información de un extenso número de fuentes para aportar la información más completa y veraz posible. Las tablas, ilustraciones, planos y diagramas que acompañan muchas de las páginas, contribuyen a una mayor comprensión de lo explicado en ellas.
En lo referente a las pirámides, por ejemplo, se cita quiénes fueron sus constructores, a quienes albergaban en su interior si es que lo hacían, su propósito, y detalles como el ángulo de inclinación de sus paredes, la relación que este hecho tiene con los astros, el momento social y político que atravesaba el antiguo Egipto cuando se hicieron, o la incidencia de la luz sobre los monumentos, que en ocasiones son pistas destinadas a guiar a quien las observa hacia nuevos caminos y sorpresas en las estructuras de una civilización que a pesar de haber florecido tres mil años antes que la nuestra gozó de unos conocimientos y tecnología admirables.

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